La clave esta en apropiarnos de esas promesas. No basta con subrayarlas en la Biblia, es necesario creer en ellas y movernos en esa dirección.
Por Fernando Alexis Jiménez
Dios tiene un plan maravilloso para bendecirnos. Cuando descubrimos y acogemos ese plan, el Señor nos muestra los pasos a seguir. Abre puertas milagrosas que jamás imaginamos que estuvieran allí.
Es algo extraordinario porque Él puede transformar las circunstancias, aun cuando parezcan que son adversas.
Por supuesto, en ese proceso de atesorar y creer en las promesas de Dios descubriremos obstáculos. Algunos de ellos los describimos a continuación:
- La duda
- La oposición de nuestro adversario, satanás (Juan 10: 10)
- No apropiarnos de la Palabra de Dios (Romanos 10: 17)
- Creerles a las circunstancias antes que al poder de Dios.
Sin embargo, tenemos buenas noticias que se resumen en los siguientes principios:
- Dios rompe todas nuestras ataduras (Isaías 10: 27)
- Gracias a la obra redentora del Señor Jesús se rompieron las maldiciones (Colosenses 1: 13, 14)
- Somos herederos de las promesas de Abraham (Gálatas 3: 29)
- Las bendiciones de las que somos herederos, nos periten avanzar a un nuevo nivel (Gálatas 3: 7- 9)
- Dios cambiará las circunstancias adversas (Isaías 51: 3)
La clave esta en apropiarnos de esas promesas. No basta con subrayarlas en la Biblia, es necesario creer en ellas y movernos en esa dirección.
Cuando lo hacemos, la tierra de las bendiciones que Él ha prometido, se materializará en su vida y en la de su familia.
No podríamos concluir sin antes invitarle para que le abra las puertas del corazón al Señor Jesucristo. Él es quien trae cambios profundos y duraderos a su vida personal, espiritual y familiar. Recíbalo hoy como su Señor y Salvador.
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