Es imperativo que ahora que creemos en el Señor Jesús y hemos reevaluado prioridades y enfoques, redefinamos la perspectiva del éxito. Un análisis práctico.
Fernando Alexis Jiménez | Editor de la Revista Vida Familiar | @VidaFamiliarCo
Al primer ministro británico, Wiston Churchil (1874-1965), se atribuye la frase: “El éxito es el resultado de ir de fracaso en fracaso, sin perder el entusiasmo.” Fue coherente con sus palabras, porque vivió y superó los peores momentos de su vida durante la segunda guerra mundial. Siempre perseveró, no se rindió.
Para muchas personas éxito es sinónimo de que todo vaya bien, jamás tener problemas y, de la mano con estos dos ingredientes, prosperidad material, reconocimiento social e ir siempre en ascenso.
Pese a ello, para el común de las personas, no siempre las cosas son así. Por el contrario, enfrentan múltiples dificultades en su cotidianidad.
¿Quiénes llegan a ser exitosos? Aquellos que acogen el llamado de Dios: “Esfuérzate y se valiente”, confiados en que Él nos acompaña siempre, por encima de las circunstancias. Al final del día, con Su ayuda, encontramos soluciones a las crisis. Saldremos airosos y vencedores – Josué 1:6-9.
No podría concluir sin antes recomendarle que se acoja a la Gracia de Dios. Él perdona sus pecados en respuesta a un arrepentimiento sincero. Ábrale hoy las puertas de su corazón a Jesucristo.
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