Todos tenemos el poder transformador que nos ha dado Dios, para imprimir grandes cambios en nuestro entorno familiar. Hoy es el día para hacerlo.
Por Fernando Alexis Jiménez | Instagram @RadioBendiciones
Las pequeñas acciones marcan la diferencia en la vida de las personas con las que interactuamos diariamente, comenzando por nuestro círculo familiar.
Un saludo, una sonrisa, un gesto de agradecimiento, una palabra alentadora y muchísimas otras expresiones, son hechos sencillos pero significativos que dejan huella.
Piense en el asunto por un instante: ¿Cuál es su trato hacia el cónyuge, los hijos y, en general, para los seres que ama?
Decir las cosas en el tono apropiado, en momento oportuno y en las circunstancias indicadas, marcan un antes y un después en la vida de todo ser humano.
Usted jamás alcanzará a imaginar el grado de influencia que puede ejercer con las pequeñas acciones.
En la Biblia, que es el libro de los triunfadores, leemos:
«Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.» (Salmo 19: 14 | RV 60)
Y también:
«Los labios del justo saben hablar lo que agrada; más la boca de los impíos habla perversidades.» (Proverbios 10: 32 | RV 60)
Si nos lo proponemos, con ayuda de Dios, podemos impactar la vida de quienes nos rodean. Convertirnos en catalizadores de la transformación. A eso hemos sido llamados en nuestra condición de cristianos.
Hoy es el día para emprender una nueva vida y contribuir a mejorar la calidad de vida de la familia.
Si aún no ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Y una segunda sugerencia: lea la Biblia. Allí encontrará los principios necesarios para experimentar una vida plena.
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